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Cuentas Claras Digital

Un espacio diferente

La degradación del ecosistema informativo

Jun 21, 2025

Por Alberto Quezada

Vivimos en una época donde el ejercicio periodístico se encuentra asediado por múltiples factores que erosionan su esencia: informar con veracidad, fiscalizar el poder y contribuir a una ciudadanía crítica. Esta degradación no solo se manifiesta en la calidad de los contenidos, sino también en la precarización del oficio y la crisis de valores dentro del propio gremio.

En muchos países —y en particular en contextos como el dominicano— el periodismo enfrenta:

Presiones políticas y económicas, que cooptan medios mediante la publicidad estatal.

Mercantilización del contenido, que prioriza lo viral sobre lo veraz.

Sensacionalismo, desinformación y pérdida de profundidad analítica, en busca de clics rápidos.

Falta de ética profesional, alimentada por un entorno permisivo y sin consecuencias.

2. La usurpación del rol periodístico

En esta misma coyuntura, hay una creciente usurpación del ejercicio periodístico por parte de:

Influencers y opinadores no formados en ética ni técnicas periodísticas.

Comunicadores partidarios que disfrazan propaganda de información.

Medios digitales informales, sin supervisión ni rigor profesional.

Estos actores ocupan espacios de credibilidad sin cumplir con los estándares mínimos del oficio, provocando una peligrosa confusión entre información y opinión, entre periodismo y entretenimiento, entre activismo político y trabajo informativo. Esta usurpación ha desdibujado la identidad del periodista ante la opinión pública.

3. El Colegio de Periodistas: una institución débil y desacreditada

El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), lejos de ser un ente regulador, ha perdido autoridad, respeto y capacidad de incidencia. Esta crisis institucional se evidencia en:

Falta de liderazgo firme y activo frente a los retos actuales del gremio.

Ausencia de un código de ética con consecuencias reales.

División interna y politización, que impiden consensos estratégicos.

Silencio ante atropellos, como despidos arbitrarios, violencia contra periodistas, y manipulación mediática.

La desconexión entre el CDP y los periodistas de base ha generado un vacío que otros actores (políticos, empresarios, “comunicadores”) han sabido aprovechar. El resultado: un periodismo desprotegido, atomizado y cada vez menos influyente en los procesos democráticos.

4. Consecuencias sociales de esta crisis

La degradación del periodismo tiene efectos sociales profundos:

Desinformación masiva y polarización, al perderse referentes confiables.

Ciudadanos más vulnerables a la manipulación y las noticias falsas.

Débil fiscalización del poder político y económico, al silenciarse o comprarse voces críticas.

Desprestigio del oficio, que desalienta a nuevas generaciones de periodistas comprometidos.

Cuando el periodismo pierde fuerza, gana terreno la impunidad, la corrupción y la ignorancia cívica.

5. ¿Qué se puede hacer? Retos y caminos posibles

Revertir esta situación requiere una transformación profunda, que combine responsabilidad institucional, coraje ético y una ciudadanía vigilante:

Reforma y fortalecimiento del CDP, con independencia, renovación y compromiso real con la profesión.

Educación continua, ética y técnica, que dignifique el oficio.

Fomento del periodismo independiente y de investigación, incluso desde plataformas digitales propias del periodista.

Unificación gremial, sin sectarismos ni politiquería

Exigencia pública de medios responsables y profesionales.

También se necesita recuperar el orgullo de ser periodista, como actor clave en la democracia y la justicia social. El país no puede permitirse un periodismo domesticado o reducido a la farándula.

Conclusión

El ejercicio del periodismo atraviesa un momento crítico. La combinación de una práctica desvirtuada, la usurpación por actores sin formación ni ética, y una institución colegiada débil ha generado un vacío que amenaza el derecho ciudadano a la verdad. La reconstrucción del periodismo profesional debe comenzar por la conciencia colectiva del gremio, la presión de la sociedad civil y una urgente refundación ética de la profesión.

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