Job, tenía siete hijos y tres hijas, muchos amigos y criados, vivía en la tierra de Uz, una ciudad que era mencionada como parte de la tierra del reino de Edom.
A pesar de lo que le paso siguió adorando a Dios, ayudaba a los pobres, a las viudas y a los niños que no tenían padres.
Y el diablo con todas las cosas que estaba haciendo Job, solo miraba porque no le gusta que hagamos las cosas bien. Vive al acecho.
La actitud mala de Satanás hizo que Dios le dijera: “¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie como él en la tierra. Es obediente y se porta bien”.
Y Satanás le respondió: “Claro que te obedece, porque lo proteges, lo bendices, le das tierras y animales… Quítaselo todo, y ya no te adorará más”. Jehová le dijo: “Puedes ponerlo a prueba, pero te prohíbo que lo mates”.
Ante ello, Jehová dejó que Satanás pusiera a prueba a Job, estaba seguro de que Job seguiría siendo obediente.
Job, perdió su familia y no sabía por qué le pasaban tantas cosas malas, pero de todos modos siguió adorando a Jehová.
Cuando se acabaron las pruebas, Jehová curó a Job y le dio mucho más de lo que había tenido antes.
Tuvo una vida larga y feliz. Debido Jehová lo bendijo por haber sido obediente siempre.
Estoy en este momento como Job, voy a seguir adorando a Jehová pase lo que pase.
Su ejemplo me anima aguantar las pruebas, porque sé que Dios se sentirá muy feliz porque voy a seguir adorándolo siga pasando lo que sea.
Porque yo se que Dios no permitirá, como no lo permitió en el caso de Job, que Satanás me mate.
Deseo finalmente por siempre paz a los restos de mi madre Luz Abreu y mi hermano Amable Morillo Abreu.
