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Nov 8, 2025

A lo que llega un pueblo que se siente burlado

 Por Luis D. Santamaria

A lo que llega un pueblo que se siente burlado capaz de  protestar civilizadamente para repudiar al presidente de Estados Unidos Donald Trump electo mayoritariamente hace apena un año por su alegado mal manejo del país.

A esa conclusión han llegado sectores de todas las clases sociales de la nación más poderosa del mundo alegando que el jefe de estado ha fallado en su intento de llevar a Estados Unidos por un mejor camino.

Cientos de personas protestaron  en Washington para exigir el “fin del régimen fascista” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando se cumple un año de su elección para un segundo mandato y un día después de la derrota republicana en varias elecciones locales.

Bajo el lema “que se largue Trump”, los manifestantes, convocados por la plataforma Refuse Fascism, comenzaron su protesta cerca del Monumento a Washington e iniciaron una marcha hacia el Capitolio y el Tribunal Supremo.

Los manifestantes celebraron, con cánticos y pancartas, la victoria demócrata en las contiendas locales del martes, como las de Nueva York, Virginia o Nueva Jersey, que consideraron como un duro golpe para la Administración republicana.

Algunos opinaron acerca de la reacción de Trump, que consideró que la razón de la derrota fue que su nombre no estaba en las papeletas y por el cierre del Gobierno federal, que lleva 36 días sin operar por falta de presupuestos.

“Por primera vez, sin querer ha dicho la verdad. Si quiere asumir la responsabilidad de haber perdido estas elecciones, está en lo cierto”, dijo Lalanya Brun, una veterana de guerra.

MOTIVACIONES DETRAS DE LAS PROTESTAS

Este acto coincide a su vez con la victoria de Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024, un día que, según los asistentes a la protesta, «fue la consecuencia de todas sus mentiras».

Asuntos como el cierre de Gobierno, el más largo de la historia nacional, o las críticas a las políticas contra los migrantes estuvieron en el foco de las protestas.

Sarah Glover, una de los más de 700.000 empleados federales afectados por el cierre, acusó a Trump de «hacer sufrir a la gente intencionadamente».

Otros manifestantes, como Evelyn, pidieron a los demócratas «más valentía» para plantar cara al presidente y conseguir un acuerdo en el Congreso que ponga fin a la paralización.

Muchos asistentes se desplazaron desde otros puntos del país para asistir a las protestas. «Tengo ocho nietos, hoy estoy aquí por ellos», dijo emocionado Run Mercier, quien viajó ocho horas desde Boston para llegar a la capital.

El presidente Trump está cosechando lo que sembró hacer más miserable la vida de los estadounidenses que en vez del odio quieren la paz y tranquilidad a que tienen derecho, cosa que el mandatario no ha sabido aportar. El autor es periodista y reside en la ciudad de Monte Plata.