Pues para sorpresa los que mis ojos vieron en ese lugar dio pena, mucha pena, y es que la prepotencia, altanería y humillación no llegan lejos, son como aquel cojo que por más que quiera correr su sistema nervioso no le permite llegar lejos.
Mi primera experiencia fue cuando me presente donde la señora Donaida Puente, quien de manera prepotente y humillante, me dijo cuando le pregunte que quería conversar con el director y que por tanto si podía ponerme una cita.
“Yo soy su secretaria y asistente cualquier cosa dígamela a mí, porque hablando o no hablando con el director soy yo la que resuelve”.
Pensé en ese momento que me encontraba hablando con alguien que tenia o tiene problemas de personalidad.
A nuestra insistencia de que quería conversar con el doctor Federico Núñez, director de Cecanot, repetía una y mil veces que ella es la que resuelve.
La señora Puente debe entender que Cecanot desde que se inauguró en el 2008, es un centro que trata los males de alta complejidad y es sin dudas una opción para los pobres de todo el país.
La actitud prepotente debe echarse a un lado, no se puede señora Puente, la humildad lo gana todo, recuerde a Jesús lo humillaron y al final ganó la batalla.
Los pacientes que llegan día tras día a Cecanot van en busca de una solución y es que su visión mejore.