Por Dayvi López Vargas
El presidente Luis Abinader, mientras estaba en la oposición, apoyaba a Donald Trump. Luego, ganó la presidencia, sin embargo, al poco tiempo se pudo observar vinculado a líderes contrarios a Trump. No incluyó a Giuliani como asesor. El apoyo a los democratas fue notorio en el gobierno del PRM.
Hasta una valla gigante de apoyo a Trump fue quitada, ciudadanos se les prohibió pegar afiches. Hubo un apoyo de funcionarios a Biden y a Kamala Harris, contra Trump. De nuevo, Trump ganó y Trump tiene buena memoria, eso es grave. Este gobierno tiene nuevos problemas.
El presidente Abinader no fue invitado a la ceremonia oficial del ascenso presidencial de Trump, efectuada en el Capitolio. Ni Abinader ni su vicepresidenta Raquel Peña asistieron, como anunciaban con bombos y platillos.
Nunca Donald Trump se ha referido a Luis Abinader como lo ha hecho con su homólogo de El Salvador, Nayib Bukele. Nuestro mandatario, primero, apoyaba a los republicanos, pero todo cambió y se inclinó a los Demócratas; de hecho, cuando llegó al poder estaba el Partido Republicano y vino al país el secretario (Mike) Pompeo y, años después que gana nuevamente Trump, su primera medida es excluir a Pompeo y quitarle todos los privilegios.
(Recuerden el papel de Pompeo ante el intento de reelección de Danilo Medina). A diferencia de Gobiernos del pasado, Balaguer y Jorge Blanco fueron recibidos de manera oficial por la Casa Blanca, sin embargo, la mayoría de gobiernos no han merecido esa condición especial, dónde toda la Casa Blanca está pendiente a nuestro presidente y país.
Para nada el presidente Trump estaría de acuerdo con uno de los gobiernos latinoamericanos que más ayuda recibió de organizaciones como la USAID.
Trump desprecia la agenda globalista y de género del FEM. Los que ayudaban a Abinader desde Washington, ahora necesitan ayuda.
A esto, misteriosamente se agrega, grandes facilidades y privilegios en nuestro país a Nicolás Maduro, más de mil millones de dólares invertidos cerca de funcionarios dominicanos y empresarios.
El propio Marco Rubio por encima del presidente y la Justicia expropió la fortuna de líderes del Gobierno venezolano. El presidente Abinader e Hipólito Mejía son aliados de los Clinton, ambos impopulares.
No solo Abinader, sino el propio Hipólito Mejía en 2016 pidió a todos los dominicanos votar por Hillary Clinton, diciendo que, “El Trump no me gusta para nada”.
Llamó disparatoso a Trump, y fue claro en su amistad con los pro haitianos: «Soy amigo de Bill Clinton y de Hillary desde hace muchos años».
Este Gobierno combinado entre fuerzas «hipolitistas»y «abinaderistas» se encuentran en una crisis de autoridad; sus funcionarios no lo respetan y otros renuncian; su gobierno luce en desbandada, ademas, tiene cuentas pendientes con Trump y, el lider Republicano tiene un eficiente departamento de «cuentas por cobrar».