No me queda más que decirle a esos desgraciados criminales que con la muerte de Goto y la de otros, la lucha contra los crímenes y el terrorismo jamás terminará.
Goto, arrodillado y vistiendo un overol naranja al momento de su muerte en un video que duro un minuto no dijo nada.
Sin embargo este periodista independiente de 47 años, que fue capturado en octubre tras viajar a Siria logro sumarse para tratar de lograr la liberación del periodista Haruna Yukawa que el maldito Estado Islámico tenia de rehén, no pudo junto a su colega salvar la vida. Ambos fueron cruelmente asesinados.
A mí no me importa los que piensen esos malditos, no me quedare como otros con los brazos cruzados, jamás, a esos desgraciados criminales debo decirles que con la muerte de Goto y la de otros periodistas jamás callaran nuestra voz hasta lograr la paz.