Aun todavía lejos de entender la actitud grosera del diputado, he llegado y no muy seguro a la conclusión de que al parecer o estaba borracho, o le dieron algo de beber que lo puso contento y por ahí se fue María.
Lo que no llego a entender es el hecho de que este diputado que fue elegido en la ciudad de Santiago para defender los mejores intereses, ahora haga lo contrario, defender intereses que atentan contra la dignidad, la moral y sobre todo la seguridad de las personas, porque darle a tomar cerveza a una pequeñita es un gran abuso que violenta por tanto la ley de protección al menor y merece ser castigado con todo el peso de la ley.